23.10.07

Reconozco algo mío entre este decorado que me es ajeno.
Aún no me las arreglo para ingresar por una de las ventanas pero era tal mi urgencia en llegar que bien lo habría intentado para que nadie aquí dentro tomase nota de mi presencia.
Refugiarme donde el aire huele a mi perfume evitando cruzar palabra. Lanzar los zapatos y entrar a la ducha con la ropa puesta. Eso habría querido.
No poner música y apenas contentarme con el sonido del agua regando mi cuerpo.

Ya inicié suficientes historias con finales inconclusos.
Omitir las despedidas se me ha hecho costumbre. Quizá, podría ser, probablemente sean mis frases de cabecera.
Siento cargar un peso de siglos encima paseando por sitios diversos sin definir mis verdaderos intereses.
Y es que a veces todo y nada me importan un bledo.
Insisto, de una misma no hay cura.

Este miedo no me paraliza ni me apetece ya lanzar todo por la borda como lo he hecho tantas veces. (Otra de mis costumbres.)
Si tuviera a mano una mínima certeza al menos por hoy la abrazaría.

Bah, seguro mañana cambio mi discurso.
Adelantar la noche es tan simple como bajar la cortina.

2.10.07

En tan solo una semana han irrumpido en mi vida cambios imprevistos, como si las decisiones me tomaran; ellas decidiendo por mi.
Me presento ante cada mañana como una extraña: soy la que conserva su casa en Montevideo, la que se desespera porque acá le falta su rambla; el mismo río se ve distinto y esta ciudad lo ignora, vive dandole la espalda. Me siento cómoda con la gente de Buenos Aires, su aire optimista, su accesibilidad proverbial y los días me duran segundos. El domingo cruzamos a Uruguay, estuvimos en un resort cerca de Carmelo, uno de mis sitios favoritos.
Los ojos se me iban más allá, hacia Montevideo, donde el Río de La Plata se viste color mar; moría por estar en Malvín mientras paseábamos por el club de yates de Colonia. El ritual del mar nos es común, vital, a todos los que provenimos de aquella península y poco comprensible para quienes ven transcurrir sus días atrapados entre puro cemento.
No he planeado cuánto tiempo permaneceré acá, tengo casi tanta actividad como antes y nos entusiasma esta nueva etapa. Seguimos hablando en "nosotros", planificando poco y nada nuestro futuro y dejando que ciertos acontecimientos nos tomen por sorpresa.
Nuestra complicidad ha ganado puntos y la independencia de cada uno también.
Hace bastante que no posteaba y comenzaba a extrañar la blogósfera; en lo posible hoy intentaré responder todos los comentarios.
MIL BESOS!!
(Viv.)