Es la noche previa al feriado de hoy. ( ¿Es o era?)
Cuesta arrancarse de ella. Es un mar de larva bajo
nuestros zapatos. Como anunciando estos veintiseis
grados, incomprensibles, en el mes más frío del año.
Andrés anda sin libreta; se la retiró anoche la
policía de tránsito -sólo le conté dos whiskies-.
Lo trajimos a su casa, en esta manzana que antes
era de dunas. A cincuenta kilómetros, hoy la nostalgia
se levantó antes que nosotros. Mientras me cepillaba
los dientes aún con la somnoliencia de recién levantada,
la ví en el epejo; estaba ahí, inevitable.

"La noche de la nostalgia" pasó como hace más de tres
décadas: sin resultarle a nadie indiferente. Conquistó,
nos sedujo y la dejamos hacer. Ya se ganó mi día.

(Estoy tratando de no caminar por Malvín)

Y mientras recuerdo no solo camino; lo siento,
lo huelo...Jardines recién regados... paraísos en flor
después de una tormenta de verano. (Pero es invierno,
y este es otro lugar: un jardín en Parque del Plata.)

Bajo por Missouri, cruzo Orinoco y empiezo a ver como
está la playa hoy... a ver... hay mucha olas, o sea
que está muy honda... no me quejo, cualquiera sabe que
cuando Playa Honda está así, es el mejor momento de
sambullirse.
Te estaba contando que al llegar a Orinoco no solo veo
como está el mar sino que también me envuelve esta brisa
marina como la que solamente Malvín me puede regalar.

Si será peligrosa la nostalgia que yo no quería...
pero ya estoy caminando por esa calle de Malvín.

Imposible evadir esta borrachera cósmica.

Delante de mí siempre tenía un camino y podía seguir
sin temor de que me lleve a ninguna parte. Esa
sensación de libertad al máximo; sentirme dueña de
mi tiempo, agotándolo; del espacio y de mis límites.
Creerme capaz de llegar con mis piernas donde alcanzan
mis ojos. Con la cercanía del mar, bajo un cielo hoy
poco celeste, sintiendo a mi corazón como una maquinita
que todo lo puede. Hoy llegué más allá del Puertito del
Buceo y tuve que volver lo suficientemente despacio para
no llegar al agotamiento.

No ando acelerada; estoy sola hasta el martes y me
encanta no tener como única opción de estar conmigo el
bajar a la rambla. Tengo mil sonrisas en mi rostro y creo
que hasta mi cabello sonríe pese a que el viento lo
agredió bastante. ¿Si te extraño querido? No he tenido
tiempo de pensarlo...

Hace años que los periodistas Gideon Levy y Amira Hass escriben frecuentemente en el diario Ha´aretz, el más antiguo de Israel. Sus crónicas denuncian las humillaciones que padecen los palestinos que viven en los territorios ocupados. Voy a reproducir algunos fragmentos de un artículo publicado por Levy el 30 de julio. Pueden leer aquí el texto original en inglés.

La devastación que estamos sembrando en el Líbano no conmueve a nadie y la mayor parte de sus efectos ni siquiera están siendo mostrados a los israelíes... La muerte que en este mismo instante estamos sembrando simultáneamente en Gaza, nos conmueve todavía menos. Los hospitales de Gaza están llenos de niños quemados...

Dado que nos hemos acostumbrado a considerar el castigo colectivo como un arma legítima, no debe extrañarnos que no se haya suscitado aquí ningún debate acerca del cruel castigo que estamos descargando sobre el Líbano a causa de las acciones de Hezbollah. Si el castigo colectivo estaba bien en Nablús, ¿por qué no en Beirut? La única crítica que se está oyendo sobre esta guerra se refiere a cuestione tácticas.
Ahora cada israelí se ha convertido en un general y todos animan al ejército israelí a que incremente sus acciones...
Eli Yishai propone convertir el sur del Líbano en "un erial de arena"; Yoav Limor, corresponsal militar de la cadena Channel 1, sugiere realizar una exhibición de cadáveres de Hezbollah y al día siguiente propone hacer desfilar a los prisioneros en paños menores "para reforzar la moral" de los soldados israelíes...

¿Puede haber una señal más clara de hasta qué punto hemos perdido la humanidad y la cabeza?..

El apagón moral nos está cubriendo de oscuridad a todos y amenaza nuestra existencia y nuestra imágen no menos de lo que puedan hacerlo las Katiushas de Hezbollah.

Mañana lunes comenzaría a regir el alto al fuego. La resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas implica el desarme de Hezbollah y la retirada militar israelí. Israel no solo ha fallado en triunfar en la guerra, hemos descubierto que el ejército israelí no puede satisfacer nuestras ambiciones, publicó el diario oficialista Yedioth Ahronoth.

Vengo de visitar el blog de Susana y me planteo la misma interrogante: En definitiva, ¿qué me resulta de mayor atractivo en un hombre? Y lo respondo sin pensarlo mucho: que me trasmita seguridad, así de simple.
Él tiene algo más que ese atractivo infernal; algo a favor pesa más que su bolsa de manías y ese enfermizo fanatismo por el detalle. (Aunque ciertos detalles diarios, "de entrecasa", se le escapan y se torna olvidadizo cuando algo no le interesa.)
No nos une el amor pero es solo ahí, en la intimidad, donde funcionamos bien.
No me invade ni lo molesto.
Inauguramos la mañana cuando los demás mortales duermen. Bajamos a correr a distinta hora evitando encontrarnos; compartimos unos minutos intensos después de la ducha y nunca olvida criticar mi café, que "parece petróleo." Cada mañana debo cuidarme de no pisar todo lo que va dejando en el pasillo "ordenado" para llevarse al día siguiente.
Es harto previsible, lo contrario a mí. Tenemos distintas aficiones pero nos une el gusto por los espacios verdes, los sitios con poca gente y me encanta acompañarlo a remar. Tiene curiosidad por lo culinario y por experiencia puedo decir que los tipos que no cocinan ni una salsa difícilmente tienen algo que me pueda atraer.
Le encanta el rock; a mi me van el jazz y la bossa. Tiene perfectamente organizadas cada una de sus actividades mientras yo soy pura improvisación.
No delega nada ni posterga; es cínico hasta la médula y agresivo en el trabajo.
Ayer, pasado el mediodía di unas vueltas por ahí, como cada sábado, evitando llegar temprano a casa. Si no es época de playas nadie lo mueve y a mi me carga pasarme toda una tarde con él.
Se fía de mí. Aunque me llama impaciente al celular yo se que lo que lo irrita no es mi ausencia: no se banca estar solo. Es difícil que este raro ejemplar encaje con otra -o seré ingenua?-; cuando me tardo demasiado sé que va a casa de mis viejos a denunciar mi abandono. Cuántas quieren levantarlo? Probablemente muchas pero apenas se acercan unos centímetros las espanta su carácter ácido (y parecía tan canchero, viste?) y ese deseo compulsivo de apurar a medio mundo.
Algo me delató cuando me lo presentaron; se dió cuenta al toque que yo moría. No pude controlar esa mezcla de timidez (tímida yo??) e inseguridad que sentí cuando lo tuve enfrente. De no creer.
Fué el único que me atreví a presentar a mis padres. Lo llevé como amigo cuando ya teníamos decidido vivir juntos. Pensé que rivalizarían pero nada que ver; en contra de mis intereses se llevan de maravillas. Yo soy el tiro al aire y él, tan corrrectito, siempre le dan la razón.
Nadie apostaba a que seguiríamos juntos durante tanto tiempo; vamos llegando al quinto año; tiene nueve más que yo y quiere "legalizar".
Somos la pareja más estable del grupo de amigos que frecuentamos pero doy por seguro que los papeles y todo eso no van conmigo. Nunca quise ser la mujer de y mucho menos tener descendencia. (Toco madera.) Es todo incierto en mi vida; es lo que hay. (¿Y si él leyera mi blog? Imposible, no me lo imagino bloggeando.

"Este es un momento de conflicto intenso en Medio
Oriente (...) sin embargo, nuestra intención es
transformarlo en un momento de oportunidad para
amplios cambios en la región."

¡Cuánta sinceridad! Lo declaró el tío bueno, Bush.
Toda una lección de oportunismo.
El Imperio tiene mucho que enseñarnos.
¿Para qué luchar contra el terrorismo si es mejor
diseminarlo?
Hay tantos recursos en esa región que la paz no
es conveniente; ¡¡ellos sí que saben crearse
oportunidades!!

Tenemos que vencer esa noción de inevitabilidad,
para empezar... Probablemente solo en sueños
logremos sitiar al Imperio.