5.1.07

No se si lo perciben como yo, pero este dos mil 7 me suena a buen año. Le puse mucha ilusión a la noche vieja y hartas ganas a estos primeros días que han sido brevísimos, por cierto. He estado lejos de casa, reencontrándome con quienes no veía desde hace un tiempo. Me he sentido eufórica, vital, acelerada; resumiendo, he recuperado a la verdadera b-berrie. ¿Y cómo han estado mis amigos/as bloggers? No me fué posible visitarlos en estos días tan locos porque he estado custodiada, ejém... comprenderán. Me encanta ver que quienes comentan aquí son siempre en su mayoría viejos conocidos de la blogósfera; ¡gracias por volver a mi rambla! Y como no he tenido oportunidad de saludarlos, quiero enviarles hoy mi mayor deseo: que tengan un año de sorpresas inesperadas que los conmuevan muy positivamente; un año de muchas pasiones. A cada uno, a vuestro modo: pasión por hacer cosas, pasión en hacerlas, pasión por defender parcelas de soledad y silencio en el momento que las necesiten; pasión para decir No cuando así lo sientas; pasión para abrazar cada sueño postergado aunque a sabiendas que será casi una utopía concretarlo; pasión para aceptarse uno mismo e intentar crecer a partir de nuestras propias limitaciones. Pasión para compartir, para tocarnos más, para hablarnos mirarnos; pasión para volar muy alto aunque tan solo sea con buenos propósitos -no es poco-.
Aún me quedan cinco días de vacaciones, el agua está deliciosa, y ... para estar a tono con estas temperaturas bien podría reintegrarme el miércoles en bikini y hawaianas, ¿por qué no?