12.9.07


Las palabras huyeron de mi tras el remolino húmedo, colándose por la ventana.
Hoy no las necesito para entender al viento.
Respiro.

4.9.07

"Me gusta la costumbre japonesa de enrollarlo todo y guardarlo en armarios. Pero yo prescindiría hasta de los armarios, porque es una hipocresía...Todo en tu armario debería tener fecha de caducidad al igual que la leche, el pan, las revistas y los periódicos; y una vez superada la fecha de caducidad, deberías tirarlo... es algo menos en qué pensar: te sacas otra carga de la mente." (Andy Warhol)
Nuestra casa, todo lo que hemos puesto en ella, es también memoria. Cada objeto está cargado de algún significado para su propietario, hasta el punto que podemos reconocernos en él. Cada cosa que hemos atesorado es una esquirla de nuestra historia dispersa, habla de nuestra identidad y de nuestro sentido de pertenencia a un lugar geográfico, a una cultura determinada, a una manera de ver y pensar la vida.
Ultimamente me pasa que me desprendo de las cosas con una facilidad que deja perplejos a quienes me ven hacerlo, a tal punto que la mamá de una amiga, al enterarse de ello se preocupó y le dijo que esa es una actitud típica de quienes desean abandonar la vida -entiéndase: suicidarse-... Me preguntan si tengo planeado irme tan lejos que no quiero llevar conmigo incluso cosas que yo misma he creado y deberían tener para mi un significado invalorable...
Nada de eso; simplemente no me interesa acumularlos; ya no siento aquel afán posesivo que en cierto punto me hacía depender de esos objetos y asignarles un valor afectivo que ya no tienen.
Guardaba ciertas cosas sin pretensiones de coleccionista pero atribuyéndoles un sentido que llenaba, se me ocurre, algún punto vacío en mi existencia. Quizá estoy chiflada pero siento que me estoy liberando de algo que no se en realidad qué es y quizá no se trate de algo tangible, material... Debería consultárselo a una psicóloga)